Senasa brindó recomendaciones para el consumo seguro de pescado en Semana Santa

El organismo nacional ofreció una serie de consejos de cara al fin de semana especial, pensado para que todos puedan adquirir y consumir los productos de manera segura.

Además de estar enmarcada en el calendario como una fecha especial, la Semana Santa está automáticamente vinculada al aumento exponencial del consumo de pescado y productos derivados, propiciado principalmente por aquellos que, en concordancia con lo que marca la religión católica, optan por dejar de lado las carnes rojas y acuden a la pescadería como reemplazo. Ante el reconocimiento de esa situación, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agropecuaria (Senasa) difundió una serie de recomendaciones con cuidados sanitarios a tener en cuenta para un consumo seguro y sin consecuencias. Al momento de la adquisición de los productos, el organismo nacional dejó una lista de los aspectos a los cuales el comprador debe prestar atención:

  • El aspecto de la piel del pescado: los colores deben ser vivos, tornasolados y sin decoloración. Es decir, no deben ser apagados o sin brillo.
  • El aspecto de los ojos: deben estar sobresalientes, brillosos y con la pupila negra. No deben verse hundidos, grises o viscosos.
  • El aspecto de la carne: debe ser firme, translúcida y de superficie lisa. Es decir, ni flácida, opaca o rugosa.
  • Los crustáceos menores, como camarones y langostinos, pueden presentar un color amarronado-violáceo traslúcido en caso de estar crudos o un rojo intenso cuando se los vende cocidos; en ningún caso deben presentar manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco, ya que todos estos son signos de deterioro.
  • Los calamares deben presentar una piel lisa, suave y húmeda sin manchas sanguinolentas o extrañas a la especie. Sus ojos deben ser vivos, brillantes y salientes y su musculatura consistente y elástica.
  • Evitar descongelar y volver a congelar pescados y mariscosno descongelar los productos a temperatura ambiente y, una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
  • En productos ictícolas conservados en lata, es importante observar que no presenten abolladuras, hinchazón u oxidación. Asimismo, deberá chequearse la procedencia y el vencimiento enmarcados en el rótulo.

Referido a los comercios que venden productos derivados del pescado, Senasa sugirió estar atento a los siguientes detalles:

  • La pescadería debe estar limpia: el agua de deshielo de las mesadas debe escurrir correctamente y el local no debe tener olores desagradables.
  • El pescado fresco no ‘huele mal’; este es un indicio de que ha iniciado su proceso de descomposición.
  • Los pescados enteros no deben estar muy juntos ni amontonados.

También aseguraron que en caso de necesitar trechos largos de traslado de la mercadería, es aconsejable llevar una conservadora donde pueda reposar el pescado durante el trayecto de regreso al hogar. Al mismo tiempo, subrayaron que el mejor modo de conservarlo en heladeras es en los estantes más bajos y colocarlo dentro de envases cerrados que eviten la transmisión de olores a otros productos.

Senasa interviene de forma directa en toda la cadena de producción pesquera. Determina las normas y programas destinados al control de las condiciones higiénico-sanitarias de los establecimientos donde faenan, elaboran e industrializan productos, subproductos y derivados de la pesca y la acuicultura.

A su vez, en los laboratorios del organismo, utilizan distintas técnicas analíticas que permiten determinar las condiciones de calidad, higiene e inocuidad del producto. Para esto, trabajan en la detección de elementos nocivos como patógenos, histamina, biotoxinas marinas y contaminantes químicos, entre otros.

Foto: www.argentina.gob.ar.
ANSL